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Existen diferentes modelos y tamaños de vivienda dependiendo de las necesidades de cada persona, así como de su capacidad económica.
Para muchas personas, ser propietarios de la casa ideal significa áreas verdes, amplitud, cuartos grandes, espacios de recreación, entre otros. Para otros, lo más indispensable es la ubicación y seguridad.
Sin embargo, existe un factor en general que la mayoría de personas tienen en cuenta a la hora de buscar una casa: los metros cuadrados.
A la hora de comprar una vivienda a priori tenemos únicamente el dato sobre los metros cuadrados en las plataformas de compraventa de viviendas y lo que nos indica el vendedor. Sin embargo, verificar los metros cuadrados de la vivienda que vamos a adquirir es uno de los pasos más esenciales. La correcta medición de las superficies del inmueble afecta de manera directa al precio a pagar, pero no solo eso, también puede ayudar a que la factura en el pago de impuestos sea inferior.
Metros cuadrados útiles vs metros cuadrados construidos
A la hora de vender o comprar una casa, la diferencia entre metros construidos y útiles es una cuestión de suma importancia que se debe tener presente. En el cálculo de la superficie se suelen cometer bastantes errores, como por ejemplo valorar la vivienda en función del espacio útil, medir el terreno a ojo o incluir el trastero y el garaje en la suma. Para evitar problemas, lo más recomendable es guiarse por los datos que figuran en el catastro o en las escrituras.
Metros cuadrados construidos
La superficie construida comprende los metros totales de la vivienda contando tabiques, conductos de ventilación, galerías y otras instalaciones. Es decir, se consideran todos los metros cuadrados que se encuentren dentro del perímetro de la vivienda.
Metros cuadrados útiles
Por otra parte, la definición de superficie útil es mucho más gráfica y podemos decir que se trata de “toda aquella que puedas pisar dentro de la casa”
En los metros cuadrados útiles no se incluyen los denominados “metros no útiles” que, aun estando dentro de la casa, no pueden ser utilizados. Es el caso del espacio entre los tabiques o los pilares y los muros.
Esta medida es la que proporciona al comprador una idea más precisa del espacio del que dispondrá para vivir, pues es del que podrá disfrutar realmente.
Para que te hagas una idea, la superficie construida de una vivienda es entre un 10% o un 15% más que la superficie útil de la misma.
¿Qué datos constan en el Catastro?
En cuanto a datos catastrales, siempre se computa la superficie como construida. Nunca veremos en una ficha catastral la superficie útil.
En caso de que quieras medir una vivienda, trata de localizarla en el Catastro. Lo puedes hacer de forma gratuita, entrando en su página web y buscando la vivienda que quieras. En dicho organismo, la información que aparece se refiere a la superficie construida y los elementos comunes.
Este matiz es importante, puesto que en los edificios y las urbanizaciones se incluyen los pasillos y las zonas comunes. Por lo tanto, este cálculo puede diferir tanto de la superficie útil como de la construida.
Finalidad Habitabilidad
Es el caso de la superficie que se usa en la cédula de habitabilidad y del certificado de eficiencia energética.
En esta finalidad se tiene en cuenta la superficie útil interior que, resumiendo, es la superficie comprendida dentro del perímetro definido por la cara interna de los cerramientos de cada espacio habitable y siempre que tenga una altura libre superior a 1,90 m.
Si quieres saber realmente la superficie útil, la que de verdad vas a usar estando en la vivienda, has de mirar la superficie que aparece en la cédula de habitabilidad.