11 noviembre, 2022 en Terrenos

Cómo debe ser el terreno o suelo para construir una vivienda unifamiliar

Tiempo de lectura: 4 minutos

Construir una casa partiendo de un terreno vacío es un proyecto muy atractivo. La futura vivienda puede adaptarse a nuestros gustos y necesidades y el resultado final es muy satisfactorio. Pero tanto el resultado como el proceso dependen de muchos factores a tener en cuenta.

Es fácil encontrarse con problemas que, además de dificultar el trabajo, pueden desmoralizarnos o posponer la fecha final. Para resolver todas tus dudas, repasamos una serie de recomendaciones y pasos a seguir antes de comenzar esta trepidante aventura.

El suelo

Lo primero que hay que hacer es visitar y comprobar la parcela, pues, es uno de los factores que más afectará a la construcción. Debemos informarnos todo lo posible del tipo de terreno de la parcela: composición, posibles zonas de antiguos rellenos, acuíferos o arroyos, etc. Una buena opción es que, antes de la compra, solicites a un geólogo que te haga un estudio preliminar del terreno de la parcela. Esto te ayudará a evitar los peores terrenos.

Los mejores terrenos para la construcción de una vivienda son aquellos que son cohesivos, duros y resistentes (suelos rocosos, granulares y arcillosos). Un ejemplo son los terrenos rocosos, en los que abunda la piedra y que, al ser tan resistentes, permitirán que nuestra vivienda se sustente mediante una cimentación más sencilla.

Un último punto a tener en cuenta a la hora de evaluar el terreno de una parcela es la pendiente del mismo. Los terrenos con pendiente son interesantes de cara a la evacuación de las aguas y a un mejor soleamiento y ventilación de la vivienda, pero construir en ellos suele ser más costoso que en terrenos llanos, los cuales nos darán más libertad de construcción y configuración de los distintos usos que queramos introducir en la parcela.

La orientación

Es muy importante, porque si está orientado hacia el sur contará con mayor luz solar y la temperatura del hogar será más cálida. Esto se traducirá en un ahorro energético y económico. Es uno de los aspectos más importantes para la distribución del interior de la obra.

La vegetación

Aunque de entrada nos pueda parecer irrelevante, la vegetación ya presente en la parcela es importante. En muchos municipios españoles la vegetación y el arbolado pueden estar protegidos. Esto significa que no podremos talar árboles preexistentes, o que si lo hacemos deberemos pagar una multa o tasa en el Ayuntamiento.

De la misma manera, una parcela con mucho arbolado puede no ser recomendable, ya que limitará el soleamiento y la luz que va a llegar a nuestra futura vivienda. Por esta misma razón, es importante informarse de las especies de árboles presentes en la parcela, puede que se encuentren en una fase temprana de su crecimiento y que, pasados los años, crezcan y limiten el soleamiento de nuestra casa, o sus raíces se expandan y afecten a la vivienda.

Suministros básicos

Es imprescindible cerciorar que hay suministros básicos de abastecimiento, para la viabilidad del proyecto. Estos son: agua, electricidad y alcantarillado. Si además tiene las acometidas listas (suelen estar dentro de un armario en el vallado de la parcela), mejor aún.

La normativa que afecta al terreno

Antes de comprar, es necesario acudir al Ayuntamiento para estudiar toda la situación de la propiedad, para saber las limitaciones que puede tener la obra de la casa.

Es imprescindible consultar la edificabilidad y la ocupación, antes de comenzar con todo el proceso. La edificabilidad representa la superficie total que se permite construir, incluyendo los pisos de altura. Por su parte, la ocupación se refiere a la extensión que se ocupa en planta.

¿Qué hay que tener en cuenta para edificar una casa unifamiliar en un terreno?

Hay que tener en cuenta una serie de aspectos y requisitos estatales:

  • Tipo de suelo: en función de la tipología, se podrá realizar una obra destinada a una utilidad u otra. También depende de la comunidad autónoma, ya que cada una presenta una normativa urbanística propia y diferente, que rige el tipo de construcción en cada territorio.
  • Retranqueos: son los espacios a respetar y dejar libres entre la edificación y los límites de la propiedad. Suelen ser diferentes respecto a la vía pública y los vecinos.
  • Ocupación: es la superficie que puede ocupar la vivienda, en relación con el total de la parcela.
  • Edificabilidad: es la suma de todas las plantas del hogar, normalmente es superior a la ocupación máxima permitida.
  • Sólido capaz: es el volumen máximo que se puede construir en una parcela.
  • Altura máxima de la edificación: se refiere a la distancia permitida desde la rasante a la línea de encuentro de la fachada.
  • Materiales de fachada y cubierta: en muchas ocasiones, hay limitaciones en los materiales para la fachada, con el objetivo de respetar el entorno rural.

En conclusión, podemos decir que la parcela ideal será aquella que nos podamos permitir económicamente, esté ubicada en un lugar de nuestro interés, cuente con un terreno duro y resistente de por sí, que cuente con vegetación, pero sin que afecte a la construcción, en la que preferiblemente predomine la orientación sur, que sea fácilmente accesible, cuente con servicios cercanos que nos faciliten el día a día y que la normativa urbanística permita obtener un buen aprovechamiento de su superficie.


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